Aeronavegación

(Aero proviene del Aeolus y del griego Eolo, el guardían de los vientos en la mitología griega, Navegación, del latín, Nave).

Desde la antigüedad el hombre máquinas para volar. En la mitología griega, se narra la historia del aeronavegante, Ícaro que escapó de prisión con unas alas adheridas con cera pero voló tan cerca del sol que derritió la cera y cayó.

Durante el Renacimiento, Leonardo Da Vinci diseñó máquinas de volar. La aeronáutica moderna se inicia con los pioneros de la aviación de principios del S. XX y tuvo gran desarrollo durante las dos guerras mundiales europeas. La Argentina comenzó a desarrollar una industria aeronáutica a mediados del S. XX pero que no prosperó frente a la competencia del Brasil.

En la actualidad, existen tres grandes ramas de ocupaciones vinculadas a la navegación. Por un lado, quienes diseñan, coristruyen, mantienen y reparan aeronaves cuyo título habilitante es el de Ingenieros Aeronáuticos, carrera dictada en apenas cuatro universidades argentinas. En el segundo grupo se incluyen a los Pilotos militares y civiles que son quienes conducen estas naves, usualmente formados en academias militares (para luego pasar al ámbito civil) y en academias civiles en menor medida. En tercer término, se sitúan todas aquellas actividades relacionadas con la administración de empresas aeronáuticas o con la atención de los pasajeros ya sea en tierra o a bordo: Despachante de Aeronaves, Auxiliar Meteorológico y Tripulante de Cabina de Pasajeros son algunos de los roles de este último grupo.